Redacción / Inversión Turística
Como cada año, a partir de diciembre, las cálidas aguas de Baja California Sur reciben grandes y amistosos visitantes: miles de ballenas grises, cetáceos de 40 toneladas y hasta 15 metros de largo.
Procedentes del Océano Ártico, las ballenas se instalan en el Pacífico Mexicano donde se aparean o dan a luz a sus ballenatos. Eligen este bello lugar por la temperatura del agua y la variedad de alimento nutritivo que existe en ella: camarones, algas, plancton y anfípodos.
Esta migración internacional es uno de los espectáculos más bellos y antiguos del mundo, además de ser la ruta más larga que recorre un mamífero para cumplir su ciclo reproductivo al viajar 20 mil kilómetros de ida y vuelta del Pacífico al Mar de Bering.
Los mejores espacios donde se puede avistar a este maravilloso mamífero son: Puerto López Mateos y San Carlos, Guerrero Negro, Bahía Magdalena, la laguna Ojo de Liebre y la de San Ignacio, estas últimas decretadas como refugio de ballenas y ballenatos, así como una zona de atracción turística marina.
Es importante destacar que debido a su importancia, el apareamiento y nacimiento de este increíble cetáceo en territorio mexicano son causa de orgullo nacional, por lo que México fue el primer país del mundo en declarar la ley federal de protección a las ballenas grises.
En La Paz, Baja California Sur, es uno de los principales atractivos turísticos imperdibles para quienes visiten el Puerto de Ilusión.