COLUMNA INVERSIÓN TURÍSTICA
Temazcal en Semana Santa
Nadia Hernández Soto
En víspera de vacaciones de Semana Santa, los destinos abarrotan con ofertas para atraer a más turistas que dejen derrama económica en esos mágicos lugares que tiene México a lo largo de su territorio. Ya muchos estarán planeando un pequeño viaje y debatiendo sobre sol, mar o aventura.
Una opción es Temazcal: ritual de renovación física y espiritual. Es interesante ver como el México prehispánico heredó una larga lista de invaluables tradiciones, algunas de ellas aún muy presentes en nuestros días. Tal es el caso del milenario temazcal, un baño de vapor indígena que renueva y revitaliza el espíritu, y que forma parte de la atractiva oferta turística que el hermoso estado de Morelos ofrece.
Los temazcales han sido usados en distintas partes y culturas del mundo. En México, para las culturas mesoamericanas el temazcal ha tenido una importancia especial, ya que involucra motivos religiosos, rituales y de sanación. Antiguamente lo hacían tanto las mujeres a punto de dar a luz, los guerreros y sacerdotes, como parte de un ritual de preparación para un gran momento o batalla por librar.
Este baño ritual indígena se realiza con vapor de agua de hierbas aromáticas y medicinales, que emerge de piedras de origen volcánico previamente calentadas al rojo vivo, situadas al centro de una pequeña construcción de materiales rústicos como lodo, piedra, hojas y madera de árboles de la región.
¿Y bueno dónde podría conseguirse esto?, pues en la "Ciudad de la Eterna Primavera", a menos de 80 kilómetros de la ciudad de México, Cuernavaca ha comenzado a adquirir una cara cosmopolita debido al surgimiento de nuevos centros recreativos, sorprendentes spas, cafés y restaurantes, y varios hoteles de categoría especial. Situada sobre las laderas del Eje Neovolcánico y a tan sólo 1,500 metros sobre el nivel del mar, Cuernavaca difícilmente pudo haber tenido una ubicación más propicia para una temperatura cálida todo el año y una vegetación que va de los bosques frescos a la selva baja.
Así que, si se decide por esta opción no puede dejar pasar la artesanía morelense. Esculpidas a mano, las piezas orfebres que presume Cuernavaca provienen de variados materiales como el barro, papel amate, cerámica y hasta joyería. Verdaderas obras de arte son esculpidas por las manos morelenses. Ollas y macetas de barro, máscaras y figuras de madera laqueadas, artículos en barro vidriado, figuras decorativas, muebles de hierro forjado y madera, instrumentos prehispánicos, arte en papel amate, figuras de madera, prendas de vestir de manta, productos de cera, bolsas y canastas de palma y objetos de cerámica se pueden adquirir en diversos rincones de Morelos.
Asimismo, construcciones coloniales, residencias de personajes históricos y bellos jardines, conforman la vista del cuadro principal en la capital morelense. Sitios como la Catedral, el Palacio de Cortés, el Templo de San José El Calvario, Museo Jardín Borda, el Kiosko del Jardín Juárez y otros, conforman el cuadro principal. Personajes como Maximiliano de Hamburgo, Diego Rivera, Frida Kahlo, y otros, hicieron de la "Ciudad de la Eterna Primavera" su lugar de residencia o descanso, gracias a lo cual, peculiares casas y edificaciones son dignas de visitar.
Concebidos para marcar el inicio de la cuaresma, los carnavales de Morelos utilizan un elemento de mofa y tradición: el chinelo. La fiesta es un elemento que siempre está presente en Morelos. Sus celebraciones llenas de color y alegría están ligadas a las tradiciones y costumbres religiosas en su mayoría. Un festejo de gran trascendencia en cada región morelense son los carnavales caracterizados por contener rasgos étnicos, históricos y de creencias populares, atributos que las envuelven en el alma mexicana, además de que atraen año con año a visitantes interesados por la cultura y la gastronomía.
